Se necesitan pastores / Necessita-se de pastores / Pastors are needed

Se necesitan pastores -pastores fieles- que no halaguen al pueblo de Dios ni lo traten con aspereza, sino que lo alimenten con el pan de vida. / Necessita-se de pastores - pastores fiéis - que não lisonjeem o povo de Deus, nem o tratem com aspereza, mas o alimentem com o pão da vida. / Pastors are needed -faithful shepherds- who will not flatter God"s people or treat them harshly, but who will feed them with the bread of life.

EL DIOS QUE YO CONOZCO

1.14. La Primera Tentación de Cristo - I

"Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" Mat 4:2-4.

Para Cristo, como para Adán y Eva en el Edén, el apetito fue la base de la primera gran tentación. Precisamente donde empezó la ruina, debeempezar la obra de nuestra redención. Así como por haber complacido elapetito Adán cayó, por sobreponerse al apetito Cristo debía vencer.

Desde el tiempo de Adán hasta el de Cristo, la complacencia de los deseos propios había aumentado el poder de los apetitos y pasiones, hasta que tenían un dominio casi ilimitado. Así los hombres se habían degradado y degenerado, y por sí mismos no podían vencer.

Cristo venció en favor del hombre, soportando la prueba más severa. Por nuestra causa, ejerció un dominio propio más fuerte que el hambre o la misma muerte. Y esta primera victoria entrañaba otros resultados, de los cuales participan todos nuestros conflictos con las potestades de las tinieblas.

Cuando Jesús entró en el desierto, fue rodeado por la gloria del Padre. Absorto en la comunión con Dios, se sintió elevado por encima de las debilidades humanas. Pero la gloria se apartó de él, y quedó solo para luchar con la tentación. Esta le apremiaba en todo momento. Su naturaleza humana rehuía el conflicto que le aguardaba.

Durante cuarenta días ayunó y oró. Débil y demacrado por el hambre, macilento y agotado por la agonía mental, "desfigurado era su aspecto más que el de cualquier hombre, y su forma más que la de los hijos de Adán." Isa. 52:14.

Entonces vio Satanás su oportunidad. Pensó que podía vencer a Cristo.

Como en contestación a las oraciones del Salvador, se le presentó un ser que parecía un ángel del cielo. Aseveró haber sido comisionado por Dios para declarar que el ayuno de Cristo había terminado. Así como Dios había enviado un ángel para detener la mano de Abrahán a fin de que no sacrificase a Isaac, así también, satisfecho con la buena disposición de Cristo para entrar por la senda manchada de sangre, el Padre había enviado un ángel para librarlo. Tal era el mensaje traído a Jesús.

El Salvador se hallaba debilitado por el hambre, y deseaba con vehemencia alimentos cuando Satanás se le apareció repentinamente. Señalando las piedras que estaban esparcidas por el desierto el tentador dijo: "Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan".

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