Se necesitan pastores / Necessita-se de pastores / Pastors are needed

Se necesitan pastores -pastores fieles- que no halaguen al pueblo de Dios ni lo traten con aspereza, sino que lo alimenten con el pan de vida. / Necessita-se de pastores - pastores fiéis - que não lisonjeem o povo de Deus, nem o tratem com aspereza, mas o alimentem com o pão da vida. / Pastors are needed -faithful shepherds- who will not flatter God"s people or treat them harshly, but who will feed them with the bread of life.

EL DIOS QUE YO CONOZCO

1.22. La Segunda Tentación de Cristo - III

“Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios” (Mateo 4:7).

Estas palabras fueron dirigidas por Moisés a los hijos de Israel cuando tenían sed en el desierto, y exigieron que Moisés les diese agua, exclamando: "¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?” (Éxodo 17:7).

Dios había obrado maravillosamente en favor suyo; sin embargo, al verse en dificultades, dudaron de él, y exigieron pruebas de que estaba con ellos.

En su incredulidad, trataron de probarle. Satanás instaba a Cristo a hacer lo mismo.

Dios había testificado ya de que Jesús era su Hijo; y ahora pedir pruebas de que era el Hijo de Dios era dudar de la Palabra de Dios, era tentarle. Y se podía hacer lo mismo al pedir lo que Dios no había prometido. Era manifestar desconfianza; en realidad, tentarle.

No debemos presentar nuestras peticiones a Dios para probar si cumplirá su palabra, sino porque él la cumplirá; no para probar que nos ama, sino porque él nos ama.

"Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan" (Heb. 11:6).

Pero la fe no va en ningún sentido unida a la presunción. Sólo el que tenga verdadera fe se halla seguro contra la presunción. Porque la presunción es la falsificación satánica de la fe.

La fe se aferra a las promesas de Dios, y produce la obediencia. La presunción también se aferra a las promesas, pero las usa como Satanás, para disculpar la transgresión.

La fe habría inducido a nuestros primeros padres a confiar en el amor de Dios, y a obedecer sus mandamientos.

La presunción los indujo a transgredir su ley, creyendo que su gran amor los salvaría de las consecuencias de su pecado.

No es fe lo que reclama el favor del Cielo sin cumplir las condiciones bajo las cuales se concede una merced. La fe verdadera tiene su fundamento en las promesas y provisiones de las Escrituras.

No hay comentarios: