Se necesitan pastores / Necessita-se de pastores / Pastors are needed

Se necesitan pastores -pastores fieles- que no halaguen al pueblo de Dios ni lo traten con aspereza, sino que lo alimenten con el pan de vida. / Necessita-se de pastores - pastores fiéis - que não lisonjeem o povo de Deus, nem o tratem com aspereza, mas o alimentem com o pão da vida. / Pastors are needed -faithful shepherds- who will not flatter God"s people or treat them harshly, but who will feed them with the bread of life.

EL DIOS QUE YO CONOZCO

4.01 - Solo... en los sequedales en el desierto

"También dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente" (Lucas 15:11-13).

¡Qué cuadro se presenta aquí de la condición del pecador!

Aunque rodeado de las bendiciones del amor divino, no hay nada que el pecador, empeñado en la complacencia propia y los placeres pecaminosos, desee tanto como la separación de Dios.

Pretende que las cosas buenas de Dios le pertenecen por derecho. Las recibe como una cosa natural, sin expresar agradecimiento ni prestar ningún servicio de amor.

Así como Caín salió de la presencia del Señor para la "tierra de Nod" ¹ (Génesis 4:16); así como el pródigo vagó por "una provincia apartada" (Lucas 15:13), así los pecadores buscan la felicidad en el olvido de Dios.

"Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entegó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las pactican". (Romanos 1: 28-32).

Cualquiera sea su apariencia, toda vida cuyo centro es el yo, está arruinada.

Quienquiera que intente vivir lejos de Dios, está malgastando su sustancia, desperdiciando los años mejores, las facultades de la mente, el corazón y el alma, y labrando su propia bancarrota para la eternidad.

El hombre que se separa de Dios para servirse a sí mismo, es esclavo de Mammón.

La gente que Dios creó para asociarse con los ángeles, ha llegado a degradarse en el servicio de lo terreno y animal. Este es el fin al cual conduce el servicio del yo.

Si escogiste una vida tal, necesitas saber que estás gastando dinero en aquello que no es pan, y trabajando por lo que no satisface.

Llegarán horas cuando te darás cuenta de tu degradación. Solo en la provincia apartada, sientes tu miseria, y en tu desesperación clamas:

Miserable hombre de mí! ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte?" (Romanos 7: 24).

Las palabras del profeta contienen la declaración de una verdad universal cuando dice:

"Maldito el hombre que confía en el hombre, y pone carne por su brazo y su corazón se aparta de Jehová. Pues será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien; sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada" (Jeremías 17: 5 y 6).

Dios "hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueva sobre justos e injustos" (Mateo 5: 45), pero los hombres poseen la facultad de privarse del sol y la lluvia.

Así, mientras brilla el Sol de Justicia, y las lluvias de gracia caen libremente para todos, podemos, separándonos de Dios, morar "en los sequedales en el desierto".
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¹ Nod: "errante", "huida", "exilio".

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