Se necesitan pastores / Necessita-se de pastores / Pastors are needed

Se necesitan pastores -pastores fieles- que no halaguen al pueblo de Dios ni lo traten con aspereza, sino que lo alimenten con el pan de vida. / Necessita-se de pastores - pastores fiéis - que não lisonjeem o povo de Deus, nem o tratem com aspereza, mas o alimentem com o pão da vida. / Pastors are needed -faithful shepherds- who will not flatter God"s people or treat them harshly, but who will feed them with the bread of life.

EL DIOS QUE YO CONOZCO

5.08 - La verdad no depende, para ser válida, de la experiencia del hombre sino de lo que Dios ha revelado en su Palabra

Hoy hay tanto indiferencia como oposición a la doctrina. Algunos dicen que lo esencial es Jesucristo. Se proclama: "Volvamos a Cristo". Creo que todo cristiano está de acuerdo con esto. No hay iglesia ni religión que pueda llamarse cristiana que no centre su doctrina y su vida en Jesucristo.

A menudo hay quienes profesan ser cristianos que son inducidos a creer que la preocupación en cuanto a la doctrina produce frialdad en la religión y pérdida en la experiencia cristiana. Se dice que el cristianismo no es un credo sino una vida. Nadie discute esto. Al mismo tiempo, la afirmación puede ser muy engañosa, especialmente cuando estas consignas son usadas para rebajar el contenido racional y las enseñanzas de la Palabra de Dios.

Se tiende a poner a la doctrina y a la experiencia cristiana en mutua oposición. El exclamar: "Abajo la doctrina; volvamos a Cristo" es tan sensato como decir: "Abajo la botánica; volvamos a las flores"; "Abajo la teología, volvamos a Dios". La doctrina y la experiencia cristiana van juntas.

Los peligros de esta clase de enfoque no se disciernen fácilmente. Los hombres se satisfacen con un asentimiento mental a la religión sin una entrega personal. A menudo la iglesia se ha preocupado más de la certidumbre racional que de la verdad viviente. Ha operado por largo tiempo en el contexto de ideas y doctrinas, dándole prioridad a declaraciones formales hechas por la iglesia.

Es posible contestar muchas preguntas acerca de la religión sin llegar a estar personalmente comprometido. En el juego de palabras e ideas es posible reducir a Dios a sólo una idea. El esfuerzo de formular un sistema lógico de doctrina puede no llevar al hombre a parte alguna. De ahí que el clamor por una fe que debe ser vivida mas bien que conocida. Se hace un contraste entre ser participante y ser espectador.

La verdad centrada en Cristo es lo que todos los hombres necesitan. La experiencia cristiana es más que doctrina. Pero la pregunta crucial es cómo llegar a la verdad. ¿Cómo sabe uno si la experiencia que pretende tener corresponde realmente con la verdad de Dios? ¿En qué punto son los hombres realmente confrontados con la verdad? ¿Cuándo llega a estar la experiencia del hombre de acuerdo con la verdad?

Una de las tendencias peligrosas de nuestros días es la renuncia del hombre a ser atado por el caracter normativo de la Palabra de Dios. Aceptamos que la doctrina en cuanto a Cristo no es Cristo; que la doctrina en cuanto al hombre no es el hombre. Es obvio que la doctrina en cuanto a Dios no es Dios. Dios no es idéntico con la doctrina. La doctrina de la salvación no es lo mismo que experimentar la salvación. Pero las enseñanzas bíblicas sobre estas verdades son anteriores a una experiencia verdadera.

La verdad no depende, para ser válida, de la experiencia del hombre sino de lo que Dios ha revelado en su Palabra.

La doctrina de Pablo acerca de la justificación por la fe en el libro de Romanos no es igual a la experiencia del cristiano sobre ella. Sin embargo la experiencia del cristiano es probada por la enseñanza bíblica en cuanto a ella.

En ninguna parte deja Dios que el hombre pecador ande a tientas en torno de sí mismo en procura de la verdad. En todos los casos el Espíritu Santo habla y enseña y se mueve a través de estas verdades bíblicas para tornar genuina y significativa esa experiencia cristiana. La verdad es tanto doctrinal como personal.

No hay comentarios: