Se necesitan pastores / Necessita-se de pastores / Pastors are needed

Se necesitan pastores -pastores fieles- que no halaguen al pueblo de Dios ni lo traten con aspereza, sino que lo alimenten con el pan de vida. / Necessita-se de pastores - pastores fiéis - que não lisonjeem o povo de Deus, nem o tratem com aspereza, mas o alimentem com o pão da vida. / Pastors are needed -faithful shepherds- who will not flatter God"s people or treat them harshly, but who will feed them with the bread of life.

EL DIOS QUE YO CONOZCO

5.10 - Una comunión más estrecha con Cristo supone una comprensión más sólida de la sana doctrina

Las verdades de la Biblia tienen significación para los hombres de todas las épocas porque constituyen la verdad eterna y fija de Dios. Ningún cristiano puede permitirse el lujo de vivir en armonía con lo que parece ser correcto a sus ojos y a su experiencia. Solamente la verdad revelada que procede de Dios es capaz de desarrollar una experiencia en armonía con Dios.

Con Jesucristo no hubo conflicto entre afirmaciones doctrinarias y el experimentar la verdad bíblica. Jesús se sintió abrumado de compasión cuando vio las multitudes descuidadas. En respuesta a sus necesidades, él comenzó a enseñarles muchas cosas. No solamente las encontró y favoreció, sino que también les habló. Las instruyó. Les trajo luz y sanidad. No solamente las hizo sentirse bien, también alimentó la mente. Antes de su partida le ordenó a sus discípulos que hicieran lo mismo:

"Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones... enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28: 19-20).

No hay evidencia ninguna que la doctrina cristiana sea un obstáculo para la vida cristiana. Al contrario, una comunión más estrecha con Cristo supone una comprensión más sólida de la sana doctrina.

En cuanto al Decálogo, Cristo no dijo: "Las enseñanzas de los diez mandamientos ya no tienen vigencia desde que yo vine. Si ustedes me tienen a mí, ya no necesitan de la ley de Dios". En cuanto al sexto mandamiento él prohibió también el espíritu de odio que llevaría al asesinato. Él no negó la vigencia del séptimo mandamiento contra el adulterio, sino que inclusive prohibió hasta la intención concupiscente.

Jesucristo es el único fundamento seguro:

"Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará" (1 Corintios 3: 11-13 ).

No puede ser indiferente el que la sobreestructura que pretendemos construir sobre este fundamento sea de piedras costosas o de paja. La entrega a Cristo no aleja más el cristiano de la doctrina bíblica. Lo fundamenta en ella. Cristo es la verdad. Él habla la verdad. Él enseña la verdad. Esta es la herencia del cristiano. La entrega a Cristo viene en primer lugar. Si la relación de uno con Cristo es equivocada, entonces ninguna relación con doctrinas puede ser correcta.

"Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado? Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta" (Juan 7: 15-17).

"Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos" (Hebreos 13: 8).

"No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos" (Mateo 5: 17-20).

"Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia" (Lucas 8: 15).

"El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida... El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero. Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho" (Juan 6: 63; 12: 48-50 ).

"Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados" (Romanos 6: 17).

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