Se necesitan pastores / Necessita-se de pastores / Pastors are needed

Se necesitan pastores -pastores fieles- que no halaguen al pueblo de Dios ni lo traten con aspereza, sino que lo alimenten con el pan de vida. / Necessita-se de pastores - pastores fiéis - que não lisonjeem o povo de Deus, nem o tratem com aspereza, mas o alimentem com o pão da vida. / Pastors are needed -faithful shepherds- who will not flatter God"s people or treat them harshly, but who will feed them with the bread of life.

EL DIOS QUE YO CONOZCO

6.05 - La cruz: Tragedia y Triunfo - II

"Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota; y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio" (Juan 19: 18). Aunque el relato sea sencillo, la escena es eternamente simbólica, pues toda la raza humana se divide en el Calvario.

Las escenas de la crucifixión ciertamente no eran desconocidas por Jesús. Probablemente él ya había contemplado muchas, pues era la manera común de Roma ejecutar a los condenados. Y, en sus enseñanzas, introdujo el pensamiento de que la vida crucificada es la base de la vida victoriosa.

La crucifixión, sin embargo, era una horrible tortura. No solamente era un violento esfuerzo físico, sino también una vergüenza moral. Era un símbolo de desgracia. Jesús tornó la crucifixión el símbolo de la muerte espiritual para el pecado, y habló acerca de el hombre tomar su cruz y seguirlo hasta la muerte.

Pero la crucifixión de nuestro Señor no fue una ejecución ordinaria. Su muerte fue una muerte sustitutiva. "Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados" Isaías 53: 5).

En esa escena somos participantes y no espectadores. Nosotros lo crucificamos. Fueron nuestros pecados los que lo crucificaron en la cruz, aunque fuesen los soldados romanos que golpearon los clavos. "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él" (2 Cor. 5: 21). Él pagó la pena de los pecados y vergüenzas de todos los siglos. Sobre él cayó "el pecado de todos nosotros" (Isaías 53:6). Todos los pecados de la humanidad recayeron sobre él. Todos mis pecados... y todos tus pecados...

YO LO CRUCIFIQUÉ. TU LO CRUCIFICASTE. NOSOTROS LO CRUCIFICAMOS...

Él murió por los pecadores y en la compañía de pecadores. No fue crucificado solo. Tres cruces aparecían en aquel dia en el Gólgota. Tres hombres fueron crucificados juntos. Dos eran ladrones. Uno murió perdiendo la vida, despreciando la salvación. El otro murió recibiendo la vida, aceptando la salvación. Pero Jesús murió dando la vida, ofreciendo la salvación. "Yo doy mi vida - dijo él- para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, sino que yo la doy de mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de mi Padre" (Juan 10: 17, 18).

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